De la reconciliación y el perdón se le habla mucho a los cubanos. Sobre todo a los cubanos del exilio. Habla la Iglesia de Cuba, la Iglesia de Miami, los empresarios que quieren hacer negocios con Raúl, los funcionarios de Obama, los artistas que van y vienen de La Habana. Quien no crea en la reconciliación y el perdón es un apestado. Un recalcitrante emisario del ayer.
Pues bien. Yo no creo en la reconciliación ni el perdón. Creo en la memoria y la justicia. Sin memoria ni justicia Alemania no hubiera superado el nazismo ni Japón su genocida vocación imperialista. ¿Alguien puede citarme mejores ejemplos de transición democrática? La reconciliación y el perdón son construcciones culturales. Pero la memoria y la justicia tienen una concreta y universal implementación institucional. Aclárese que a los cubanos no nos piden la reconciliación y el perdón para enterrar a la dictadura sino para perpetuarla.