'Esto me ha dado la oportunidad de defender los derechos humanos de los cubanos'.
Al inicio de 2011 Yaquelín Boni Hechavarría era una ama de casa sin compromiso político, pero ese año decidió unirse a las Damas de Blanco. Lo que provocó el cambio fue el encarcelamiento de uno de sus hijos, que consideró injusto.
Boni, de 48 años, asegura que acudió a las autoridades en busca de "una respuesta por la injusticia que estaba cometiendo la Policía", pero nunca la recibió.
Su hijo Yaser Rivero Boni fue acusado de un delito de "robo con fuerza". Según la Dama de Blanco, no había pruebas que lo incriminaran.
"Salí a las calles a pedir su libertad como mujer humilde, con mi razón", dice Boni, quien realizó protestas en la Plaza de la Revolución y, "vestida de presa", ante la sede de la Asamblea Nacional del Poder Popular, para intentar llamar la atención de las autoridades sobre el caso de su hijo. Fue detenida varias veces.
En junio de 2011 protestó junto a otras mujeres en el llamado "monte de las banderas". Unos meses después, su hijo fue condenado a ocho años de cárcel pese a que, según Boni, en el juicio fue exonerado de responsabilidad.
"La sanción fue en represalia por mi accionar", considera Boni. "La represión de la Seguridad del Estado contra mí empezó a través de mi hijo".
Yaser Rivero Boni fue liberado el 5 de julio de este año con una licencia extrapenal. Salió de la cárcel "sin visión en el ojo derecho y con peligro de perder la del izquierdo" por una golpiza que le propinó en el Combinado del Este un oficial identificado como Alcides.
Tras ese incidente, Rivero Boni fue, sin embargo, sometido a juicio y condenado a un año y nueve meses de prisión por supuesto "atentado" contra el oficial. La sanción conjunta quedó en cinco años, explica su madre.
El militar también fue juzgado y condenado a tres años de cárcel, pero Boni dice que no tiene constancia de que esté preso.
"Soy Dama de Blanco porque fui tocada por el sistema", afirma. "Las mismas autoridades me llevaron a ser Dama de Blanco y vivo orgullosa de serlo. Esto me ha dado la oportunidad de defender los derechos humanos de los cubanos".
Además de Yaser Rivero, de 30 años, Yaquelín Boni tiene un hijo de 21 años y una hija de 9. "Desde que entré en las Damas de Blanco he sido golpeada moralmente, físicamente, y torturada junto a mi familia", afirma.
Hace pocas semanas, en una detención tras una de las marchas dominicales del grupo femenino, Boni recibió una golpiza que le dejó el rostro inflamado durante varios días. "Además de los golpes, utilizaron un producto toxico que me afectó la cara", dice.
"Ellos han recrudecido la represión contra la campaña #TodosMarchamos", con la cual Damas de Blanco y activistas reclaman cada domingo la libración de los presos políticos y el respeto a los derechos humanos. "Solamente estamos pidiendo por hombres que no tienen como hacer que su voz se oiga", señala Boni.
Decimoséptimo domingo de represión
El pasado domingo, Yaquelín Boni estuvo entre las mujeres que la Seguridad del Estado trasladó esposadas a Tarará, como parte de los ya rutinarios arrestos.
"La policía política le está ordenando a sus turbas paramilitares que nos ataquen", advierte la Dama de Blanco, quien fue golpeada por una de las mujeres movilizadas para la ocasión.
"En el ómnibus en el que fuimos trasladadas los oficiales nos acosaron. Nos tiraban besos, nos incitaban a gritar 'Abajo Raúl', se burlaban de nosotros; en mi caso, mencionando a mi hijo", relata.
En Tarará fue separada junto a otra Dama de Blanco y mantenida en un aula durante cinco horas.
"Han convertido un antiguo campamento infantil en un centro para la represión de las Damas de Blanco", dice Boni.